El código suicida del ciclismo

La gran mayoría de los aficionados que antes sabían quién ganaba la Dauphiné Liberé, cómo se llamaba el mejor velocista francés o cuál era el podio del Giro, ahora sólo espera que alguien certifique oficialmente la defunción del ciclismo como entretenimiento popular: ya no interesa saber ni con qué favoritos cuenta este año el Tour. La pasión masiva por este deporte se ha disipado y sólo los ciegos sostienen que la culpa exclusiva es del dopaje.

La Vuelta a España ha adoptado la aberrante decisión de excluir al Relax, uno de los equipos en mejor forma del pelotón internacional. En sus filas cuenta con varios implicados en la ‘Operación Puerto’, esa magna parodia que quedó en nada, así que la Vuelta ha decidido ponerse en la piel del juez, acogerse a su código ético y castigar a esta formación al estilo de la ‘caza de brujas’ de Hollywood. ¿Por qué? Por el bien del ciclismo, creen ellos.

Los dirigentes del ciclismo sólo quieren culpar del brutal declive que sufre este deporte al dopaje; han encontrado una excusa perfecta para justificar decisiones como el sistema suicida de la UCI ProTour -esa Liga elitista que tanto daño está haciendo-, los tremendos costes que sufren las carreras modestas, la ausencia de grandes figuras, la falta de patrocinadores... En su afán por limpiar el ciclismo se están cargando lo mejor de este deporte.

Articulo publicado por un diario deportivo Aragones de España